lunes, 30 de mayo de 2016

¿Se contradice la Biblia?

La respuesta que da la Biblia

Todo lo contrario: la información que contiene la Biblia es coherente de principio a fin. Algunos pasajes pudieran dar la impresión de contradecirse entre sí, pero hay que tomar en cuenta los siguientes factores a fin de entender su verdadero sentido.
  1. El contexto. Cuando distintos pasajes de una obra se citan fuera de contexto, alguien pudiera concluir que se contradicen entre sí.
  2. El enfoque del escritor. Aunque dos testigos describan cierto suceso con exactitud, no tienen por qué usar las mismas palabras ni incluir los mismos detalles.
  3. Los datos históricos y las costumbres de la antigüedad.
  4. El sentido literal y simbólico de las palabras. Tenemos que distinguir con cuál de estos dos sentidos se está empleando cierto término.
  5. La autoría de una acción. A veces se le atribuye una acción a alguien que no la llevó a cabo personalmente. *
  6. La traducción. Es imprescindible utilizar una traducción bíblica que sea exacta.
  7. Lo que realmente enseña la Biblia. Nuestro modo de entender la Biblia podría verse afectado por ideas religiosas equivocadas.
Teniendo presentes estos factores, será más fácil aclarar las aparentes contradicciones. Los siguientes ejemplos lo demuestran.

Factor 1: El contexto

La Biblia dice que Dios “ha estado descansando”, pero también afirma que “ha seguido trabajando hasta ahora”. ¿Cómo es posible esto? La primera afirmación aparece en Génesis. Allí se declara que Dios “procedió a descansar en el día séptimo de toda su obra que había hecho”. ¿A qué obra se hace referencia aquí? Según el contexto, a las obras de creación relacionadas con la Tierra. Así que Dios descansó en el sentido de que cesó de crear (Génesis 2:2-4). Entonces, ¿por qué dijo Jesús respecto a Dios: “Mi Padre ha seguido trabajando hasta ahora”? (Juan 5:17.) Obviamente, Jesús se refería a otras obras que Dios estaba realizando, tal vez la de inspirar la Biblia o la de dirigir y cuidar a sus siervos en la Tierra (Salmo 20:6; 105:5;2 Pedro 1:21).

Factores 2 y 3: El enfoque del escritor y los datos históricos

Jesús curando a un ciego
Cuando Jesús hizo el milagro registrado en Lucas 18 yMateo 20, ¿estaba saliendo de la ciudad de Jericó, o más bien estaba entrando? El Evangelio de Lucas informa que Jesús curó a un ciego “al acercarse [...] a Jericó”. Pero el relato paralelo de Mateo dice que había dos ciegos y que Jesús los sanó “al salir [...] de Jericó” (Lucas 18:35-43; Mateo 20:29-34). En realidad, los relatos se complementan presentando distintos enfoques. Mateo fue más específico al indicar que había dos ciegos. Pero Lucas no se centró en la cantidad. Se limitó a destacar que Jesús habló con un ciego en particular, lo cual no descarta el hecho de que hubiera otro ciego. ¿Y qué puede decirse del lugar? Los arqueólogos han descubierto que en esa época Jericó se componía de dos ciudades: la antigua ciudad judía y la nueva ciudad romana. Entre ambas había una distancia de más o menos kilómetro y medio (una milla). Lo más probable es que Jesús estuviera entre las dos ciudades al realizar este milagro.

Factor 4: El sentido literal y simbólico de las palabras

¿Será destruida la Tierra, o existirá para siempre? La Biblia asegura que “la tierra subsiste siempre” (Eclesiastés 1:4Martín Nieto [MN], 1992). Esto quizá parezca contradecir otro versículo bíblico que afirma que “los elementos del mundo quedarán hechos ceniza y la tierra con todo cuanto hay en ella desaparecerá” (2 Pedro 3:10MN). Pues bien, la Biblia usa la palabra tierra en sentido literal para referirse a nuestro planeta, pero también la usa en sentido simbólico para referirse a la gente que vive en ella (Génesis 1:1; 11:1). Visto así, lo que se describe en 2 Pedro 3:10 no es la destrucción de nuestro planeta, sino “la destrucción de los hombres impíos” (2 Pedro 3:7).

Factor 5: La autoría de una acción

En Capernaum, ¿quién le pidió ayuda a Jesús: el oficial del ejército, o unos mensajeros? En Mateo 8:5, 6 leemos que el propio oficial romano acudió a Jesús; mientras que en Lucas 7:3 se dice que aquel hombre mandó a algunos ancianos de los judíos a pedirle ayuda. Lo que sucede en este caso es que el oficial fue quien decidió recurrir a Jesús, pero en vez de ir personalmente, envió a unos mensajeros.

Factor 6: La traducción

¿Somos todos pecadores, o hay cristianos que no pecan?Respecto al pecado, la Biblia enseña que todos lo heredamos del primer hombre, Adán. De modo que todos pecamos (Romanos 5:12). No obstante, algunas traducciones podrían dar la impresión de contradecir dicha enseñanza al afirmar que un cristiano “no comete pecado” o que “no pecará” (1 Juan 3:6Biblia Traducción Interconfesional; Nueva Traducción Viviente). Cabe señalar que en1 Juan 3:6, el verbo griego equivalente a pecar está expresado en tiempo presente, que en ese idioma por lo general denota una acción continua. Hay que recordar que no es lo mismo cometer errores por haber heredado el pecado —algo inevitable— que pecar de forma constante y deliberada. Tomando en cuenta esto, algunas traducciones bíblicas despejan toda posible contradicción declarando de forma exacta que nadie que sigue a Cristo “practica el pecado” o “se da al pecado” (Traducción del Nuevo Mundo; Nueva Biblia Española).

Factor 7: Lo que realmente enseña la Biblia

¿Es Jesús igual a Dios, o inferior a él? Jesús afirmó: “Yo y el Padre somos uno”, pero también declaró: “El Padre es mayor que yo” (Juan 10:30; 14:28). Para entender esas declaraciones, hay que averiguar bien lo que la Biblia enseña sobre Jesús y su Padre, en vez de tratar de meter con calzador una explicación que defienda la doctrina de la Trinidad. La Biblia no enseña que Jesús y su Padre sean parte de una Trinidad. Más bien, muestra claramente que el Padre de Jesús —que se llama Jehová— es también el Dios a quien Jesús mismo adora (Mateo 4:10; Marcos 15:34; Juan 17:3; 20:17; 2 Corintios 1:3). Por lo tanto, es imposible que Jesús sea igual a Dios.
Entonces, ¿qué quiso decir Jesús cuando declaró: “Yo y el Padre somos uno”? El contexto revela que se refería a la unidad de propósito con la que él y su Padre actúan. Unos versículos más adelante encontramos estas palabras de Jesús: “El Padre está en unión conmigo y yo estoy en unión con el Padre” (Juan 10:38). Además, Jesús ofreció a sus discípulos la oportunidad de gozar de esa misma unidad, tal como expresó en oración a su Padre: “Les he dado la gloria que me diste, para que ellos sean uno así como nosotros somos uno. Yo en unión con ellos y tú en unión conmigo” (Juan 17:22, 23).

viernes, 27 de mayo de 2016

¿Cambia Dios su forma de pensar?

La respuesta que da la Biblia

En cierto sentido, sí. Cuando las personas cambian su forma de actuar, lo que Dios piensa de ellas también puede cambiar. En la Biblia hay relatos que demuestran que Dios está dispuesto a modificar su forma de pensar. Por ejemplo, en una ocasión Dios le dijo a Jeremías que le comunicara una sentencia al rebelde pueblo de Israel. Aun así, Dios declaró: “Quizás escuchen y se vuelvan, cada uno de su camino malo, y yo tenga que sentir pesar por la calamidad que estoy pensando ejecutar sobre ellos a causa de la maldad de sus tratos” (Jeremías 26:3).
El hecho de que Dios hubiera podido “sentir pesar” por su sentencia contra los israelitas no significa que su decisión original de castigar a los rebeldes fuera un error. El término hebreo traducido aquí “sentir pesar” —y en otras Biblias, “arrepentirse”— también puede significar “cambiar de idea” o “de propósito”. Cierto profesor escribió: “Un cambio en la conducta del hombre produce un cambio en el juicio de Dios”.
Ahora bien, hay asuntos en los que Dios no cambia de opinión. Veamos algunos ejemplos tomados de la Biblia.
  • Dios había decidido bendecir a la nación de Israel y no dejó que Balac lo hiciera cambiar de idea (Números 23:18-20).
  • Como el rey Saúl siguió desobedeciendo a Dios, Él no revocó su decisión de destituirlo (1 Samuel 15:28, 29).
  • Dios cumplirá su promesa de que su Hijo será sacerdote para siempre. Nunca cambiará de parecer al respecto (Salmo 110:4).

¿No dice la Biblia que Dios nunca cambia?

Así es. Dios mismo afirma que él no cambia (Malaquías 3:6). Y la Biblia también dice en Santiago 1:17 que Dios es invariable, que “con él no hay la variación [...] de la sombra” que se produce conforme avanza el día. Esto no se contradice con los pasajes bíblicos que indican que Dios cambia su forma de pensar. Dios es invariable en el sentido de que su personalidad y sus principios —basados en el amor y la justicia— nunca cambian (Deuteronomio 32:4; 1 Juan 4:8). Ahora bien, él puede dar instrucciones muy distintas a sus siervos, según las circunstancias. Por ejemplo, las instrucciones que le dio al rey David para una batalla fueron muy distintas a las que le había dado para la batalla anterior. Sin embargo, David ganó ambas batallas (2 Samuel 5:18-25).

¿Se ha arrepentido Dios de haber creado a los seres humanos?

No, no se ha arrepentido. Con todo, Dios siente pesar cuando ve que la gente lo desprecia o lo desobedece. Por eso, al describir la situación que había en la Tierra antes del Diluvio de los días de Noé, la Biblia dice: “Jehová sintió pesar por haber hecho a hombres en la tierra, y se sintió herido en el corazón” (Génesis 6:6). Como ya se ha dicho, el término hebreo para “sentir pesar” también puede significar “cambiar de idea” o “de propósito”. Puesto que muchas personas de aquella época se habían vuelto malvadas, Dios cambió de parecer con respecto a ellas (Génesis 6:5, 11). Sin embargo, el dolor que le causaron no hizo que cambiara su forma de ver a la humanidad. De hecho, salvó a la raza humana al haber protegido a Noé y su familia del Diluvio (Génesis 8:21; 2 Pedro 2:5, 9).

martes, 24 de mayo de 2016

¿Hay vida después de la muerte?

La respuesta que da la Biblia

La Biblia dice: “Los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5; Salmo 146:4). Así que cuando alguien muere, deja de existir. Los muertos no pueden pensar ni actuar ni sentir.

“A polvo volverás”

Dios le explicó al primer hombre lo que le sucedería al morir. Cuando Adán desobedeció, Dios le dijo: “Polvo eres y a polvo volverás” (Génesis 3:19). Adán no existía antes de que Dios lo formara “del polvo del suelo” (Génesis 2:7). Y al morir, volvió a ser polvo y dejó de existir.
Lo mismo sucede hoy. Refiriéndose tanto a los seres humanos como a los animales, la Biblia explica: “Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo” (Eclesiastés 3:19, 20).

La muerte no tiene por qué ser el final de todo

La Biblia a menudo compara la muerte con un sueño profundo (Salmo 13:3; Juan 11:11-14; Hechos 7:60). Quien duerme profundamente no se entera de lo que pasa a su alrededor. Del mismo modo, los muertos no tienen conciencia de nada. Sin embargo, la Biblia enseña que Dios puede despertarlos y levantarlos a la vida (Job 14:13-15). Para aquellos a quienes Dios resucite, la muerte no será el final de todo.

lunes, 23 de mayo de 2016

¿Qué significa el número 666?

La respuesta que da la Biblia

El último libro de la Biblia habla de una bestia de siete cabezas y diez cuernos que sale del mar y que lleva un nombre en forma de número: 666 (Revelación [Apocalipsis] 13:1, 17, 18). Esta bestia representa el sistema político mundial, el cual ejerce poder “sobre toda tribu y pueblo y lengua y nación” (Revelación 13:7). El número 666 indica que dicho sistema constituye un fracaso total a la vista de Dios. ¿Cómo lo sabemos?
Un nombre con significado especial. Los nombres dados por Dios siempre significan algo. Pongamos por caso al patriarca Abrahán. Originalmente se llamaba Abrán, que significa “Padre de Ensalzamiento”. No obstante, cuando Dios le prometió que llegaría a ser “padre de una muchedumbre de naciones”, le puso por nombre Abrahán, que significa “Padre de una Multitud” (Génesis 17:5; notas). En el caso de la bestia, Dios le puso la designación 666 debido a las características que la definen.
El número 6 representa imperfección. Muchas veces, los números que se mencionan en la Biblia son simbólicos. El número 7 comunica la idea de plenitud o perfección. Y el número 6 —que antecede al 7— representa algo incompleto o imperfecto desde la perspectiva divina y suele estar vinculado a los enemigos de Dios (1 Crónicas 20:6; Daniel 3:1).
El 6 se repite tres veces para dar énfasis. La Biblia suele recalcar un asunto repitiéndolo tres veces (Revelación 4:8; 8:13). Así que el nombre 666 deja bien claro que para Dios, los sistemas políticos son un fracaso total. Ningún gobierno ha conseguido verdadera paz y seguridad, algo que solo el Reino de Dios logrará.

La marca de la bestia

Las Escrituras declaran que hay personas que reciben “la marca de la bestia salvaje” debido a que la siguen “con admiración” y hasta la adoran (Revelación 13:3, 4; 16:2). Esto lo hacen al dar culto al Estado, sus símbolos patrios y su poder militar. El Manual de ciencia políticade Miquel Caminal Badia dice que “el nacionalismo constituye una especie de religión”. Y cierta obra de referencia señala: “El nacionalismo se ha convertido en una forma dominante de religión en el mundo moderno” (The Encyclopedia of Religion). *
Apocalipsis 13:16 dice que aquel que tiene “la marca de la bestia salvaje” la lleva “en su mano derecha o sobre su frente”. ¿Qué significa esto? Pues bien, respecto a las leyes dadas a la antigua nación de Israel, Dios dijo: “Tienen que [...] atarlas como señal sobre su mano, y tienen que servirles de venda frontal entre los ojos” (Deuteronomio 11:18). Ahora bien, esto no quiere decir que los israelitas tuvieran que llevar una señal literal en las manos o en la frente, sino que las palabras de Dios debían guiar su manera de obrar y de pensar. Así mismo, “la marca de la bestia” no es una señal que se lleve en la piel, como un tatuaje del número 666. Más bien, es una forma simbólica de identificar a aquellos que al someterse por completo al control del sistema político de este mundo, se convierten en enemigos de Dios (Revelación 14:9, 10; 19:19-21).

jueves, 19 de mayo de 2016

¿Por qué se le llama a Jesús el Hijo de Dios?

La respuesta que da la Biblia

Aunque Dios no tiene una esposa literal con la cual engendrar hijos, él es el Creador de todos los seres vivos (Revelación 4:11). Por eso, a Adán, el primer ser humano que creó, se le llama “hijo de Dios” (Lucas 3:38). La Biblia también enseña que Jesús fue creado por Dios, de modo que lo llama “Hijo de Dios” (Juan 1:49).
Dios creó a Jesús antes de dar vida a Adán. Refiriéndose a Jesús, el apóstol Pablo escribió: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación” (Colosenses 1:15). La vida de Jesús, la primera de las criaturas de Dios, comenzó mucho antes de su nacimiento como ser humano en un establo de Belén. Es más, la Biblia dice que su “origen es de tiempos tempranos, desde los días de tiempo indefinido” (Miqueas 5:2). En el cielo, antes de nacer en la Tierra, Jesús era un espíritu. Él mismo dijo: “He bajado del cielo” (Juan 6:38; 8:23).

lunes, 16 de mayo de 2016

¿Quién es Jehová?

La respuesta que da la Biblia

Jehová es el Dios verdadero de la Biblia, el Creador de todas las cosas (Revelación [Apocalipsis] 4:11). Lo adoraron los profetas Abrahán y Moisés, y también Jesús (Génesis 24:27; Éxodo 15:1, 2;Juan 20:17). Es el Dios de “toda la Tierra”, no de un solo pueblo (Salmo 47:2).
La Biblia dice que Dios tiene un nombre que solo le pertenece a él: Jehová (Éxodo 3:15; Salmo 83:18). Proviene de un verbo hebreo que significa “llegar a ser”. Algunos expertos opinan que este nombre significa “Él Hace que Llegue a Ser”. Esta definición encaja con el hecho de que Jehová creó todas las cosas y de que cumple todo lo que se propone (Isaías 55:10, 11). La Biblia también nos ayuda a conocer su personalidad, en especial su cualidad más sobresaliente, el amor (Éxodo 34:5-7; Lucas 6:35; 1 Juan 4:8).
El nombre Jehová es una traducción al español del nombre hebreo de Dios. Este se escribía con las cuatro letras del Tetragrámaton (יהוה), que se corresponden con las consonantes YHWH. Aunque se desconoce la pronunciación exacta de este nombre en hebreo antiguo, la forma Jehová se usa desde hace mucho en español. La primera traducción bíblica en este idioma que contiene el nombre de Dios es la de los Salmos de Juan de Valdés, de alrededor de 1537. *

¿Por qué no se sabe cómo se pronunciaba el nombre de Dios en hebreo antiguo?

El hebreo antiguo se escribía sin vocales, las cuales el lector añadía fácilmente durante la lectura. Sin embargo, una vez que se completaron las Escrituras Hebreas (Antiguo Testamento), algunos judíos se dejaron llevar por la creencia supersticiosa de que estaba mal pronunciar el nombre de Dios. Cuando leían en voz alta un texto que contenía el nombre divino, lo sustituían por expresiones como “Señor” o “Dios”. Con el paso de los siglos, esta superstición se extendió, y se acabó olvidando la pronunciación antigua. *
Hay quienes opinan que el nombre de Dios se pronunciaba “Yahweh” (“Yahvé”), mientras que otros sugieren otras posibilidades. En los Rollos del mar Muerto hay un fragmento de Levítico en griego en el que aparece el nombre de Dios transliterado “Iao”. Otros escritores griegos de tiempos antiguos también proponen las pronunciaciones “Iaé”, “Iabé” o “Iaoué”, pero no se puede demostrar que alguna de estas fuera la pronunciación que utilizaban en hebreo antiguo. *

Conceptos erróneos sobre el nombre de Dios en la Biblia

Lo que algunos creen: Las traducciones que utilizan el nombre “Jehová” lo tienen porque lo han añadido.
La verdad: El nombre de Dios en hebreo, representado con las cuatro letras del Tetragrámaton, aparece unas 7.000 veces en la Biblia. * La mayoría de las traducciones lo han eliminado sin ningún motivo y lo han sustituido por títulos como “Señor”.
Lo que algunos creen: El Dios todopoderoso no necesita un nombre exclusivo.
La verdad: Dios mismo hizo que los escritores de la Biblia pusieran su nombre miles de veces y manda a sus siervos que lo utilicen (Isaías 42:8; Joel 2:32; Malaquías 3:16; Romanos 10:13). Es más, condenó a los falsos profetas que intentaron que se olvidara su nombre (Jeremías 23:27).
Lo que algunos creen: Hay que seguir la tradición judía y quitar de la Biblia el nombre de Dios.
La verdad: Es cierto que algunos escribas judíos no pronunciaban el nombre divino. Pero no lo quitaron de las copias que hicieron de la Biblia. Sea como fuere, Dios no quiere que sigamos las tradiciones que nos hacen ir en contra de lo que él manda (Mateo 15:1-3).
Lo que algunos creen: El nombre de Dios no debe usarse en la Biblia porque no se conoce con exactitud cómo se pronunciaba en hebreo.
La verdad: Según este argumento, Dios espera que todo el mundo, hable el idioma que hable, pronuncie igual su nombre. Sin embargo, la Biblia indica que los siervos de Dios del pasado pronunciaban los nombres propios como era habitual en su idioma.
Veamos el caso del nombre del juez israelita Josué. Los cristianos del siglo primero que hablaban hebreo posiblemente decían “Yeshúa”, y los que hablaban griego, “Iesous”. En la Biblia aparece la traducción al griego de este nombre hebreo, lo cual demuestra que, como es lógico, los cristianos utilizaban los nombres propios que eran comunes en su idioma (Hechos 7:45; Hebreos 4:8).
Lo mismo puede aplicarse a la traducción del nombre de Dios. Lo que realmente importa no es su pronunciación exacta, sino que este nombre ocupe el lugar que le corresponde en la Biblia.

jueves, 12 de mayo de 2016

¿Es Dios una trinidad?

La respuesta que da la Biblia

Numerosas iglesias de la cristiandad enseñan que Dios es una trinidad. Sin embargo, fíjese en lo que comentó cierta enciclopedia: “Ni la palabra Trinidad ni la doctrina explícita aparecen en el Nuevo Testamento [...]. Esta doctrina se fue desarrollando a lo largo de varios siglos y causó numerosas polémicas” (The Encyclopædia Britannica).
Es más, ningún pasaje de la Biblia presenta a Dios como si fuera parte de una trinidad. Observe lo que señalan estos versículos:
Jehová nuestro Dios es un solo Jehová.” (Deuteronomio 6:4.)
Tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra.” (Salmo 83:18.)
Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.” (Juan 17:3.)
Dios es uno solo.” (Gálatas 3:20.)
¿Por qué enseñan entonces la mayoría de las iglesias de la cristiandad que Dios es parte de una trinidad?

Dios es una Trinidad

¿Cómo se creó el mito?

“Podría parecer que el dogma trinitario es, a fin de cuentas, un invento de finales del siglo IV. Y en cierto sentido, así es [...]. La fórmula ‘tres Personas distintas y un solo Dios’ no se arraigó firmemente sino hasta finales del siglo IV. Y, desde luego, no llegó a ser parte integral de la vida cristiana y de su profesión de fe antes de esa fecha.” (New Catholic Encyclopedia, 1967.)
“En el Concilio de Nicea que se celebró el 20 de mayo del año 325, Constantino mismo presidió y dirigió activamente las deliberaciones. Fue él quien propuso [...] la idea de que el Hijo es ‘consustancial al Padre’, fórmula fundamental con la que se describió la relación entre Cristo y Dios en el credo que allí se emitió. [...] Intimidados por el emperador, los obispos —con solo dos excepciones— firmaron el credo, muchos de ellos en contra de su opinión.” (Encyclopædia Britannica, 1970.)

¿Qué dice la Biblia?

“[Esteban], lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios; y dijo: ‘Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios’.” (Hechos 7:55, 56Biblia de Jerusalén Latinoamericana.)
Como vemos, Esteban se llenó del espíritu santo de Dios —su fuerza activa— y vio a Jesús “de pie a la diestra de Dios”. ¿Qué nos enseña eso? Que Jesús no se convirtió en Dios después de resucitar y subir al cielo; en efecto, él es un ser espiritual diferente a su Padre. Además, el relato no indica que hubiera una tercera persona al lado de Dios. A lo largo del tiempo se han hecho muchos intentos por encontrar versículos con los que defender la Trinidad; con todo, un sacerdote dominico tuvo que reconocer: “En ningún lugar del Nuevo Testamento se encuentra la afirmación de que existen tres personas en un solo Dios” (À l’aube du christianisme: la naissance des dogmes [Los albores del cristianismo: el nacimiento de los dogmas], de Marie-Émile Boismard).
La intención de Constantino al promover este dogma era acabar con los desacuerdos que había en la Iglesia durante el siglo IV. Sin embargo, la creación de este mito generó otra cuestión: María, la mujer que dio a luz a Jesús, ¿es “la Madre de Dios”?

LA VERDAD:

La Trinidad es una doctrina inventada a finales del siglo IV.

miércoles, 11 de mayo de 2016

¿Controla Dios nuestro destino, o tenemos libre albedrío?

La respuesta que da la Biblia

Dios nos ha tratado con dignidad al concedernos libre albedrío, la facultad de tomar nuestras propias decisiones. Ni él ni el destino controlan nuestra vida. Examinemos lo que la Biblia enseña al respecto.
  • Dios creó al hombre a su imagen (Génesis 1:26). A diferencia de los animales, que actúan principalmente por instinto, nosotros somos semejantes a nuestro Creador. ¿En qué sentido? Por un lado, podemos reflejar cualidades divinas, como el amor y la justicia. Y al igual que él, tenemos libre albedrío.
  • En buena medida, nuestro futuro depende de nosotros mismos. Dios nos invita a “escoger la vida [...] escuchando su voz”, es decir, optando por obedecer sus mandamientos (Deuteronomio 30:19, 20). Dicha invitación no tendría sentido, y hasta sería cruel, si careciéramos de libertad para elegir. En vez de obligarnos a obedecerlo, Dios nos pide con cariño: “¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río” (Isaías 48:18).
  • El destino no es lo que determina el éxito ni el fracaso. Si queremos que nuestros planes prosperen, debemos trabajar duro. “Todo lo que tu mano halle que hacer —declara la Biblia—, hazlo con tu mismo poder.” (Eclesiastés 9:10.) También afirma que “los planes del diligente propenden de seguro a ventaja” (Proverbios 21:5).
El libre albedrío es un valioso regalo de Dios, gracias al cual podemos amarlo “con todo [el] corazón”, o sea, porque queremos (Mateo 22:37).

¿No se supone que Dios lo controla todo?

Las Escrituras enseñan que Dios es todopoderoso; que nadie, excepto él mismo, puede ponerle límites (Job 37:23; Isaías 40:26). Ahora bien, él no utiliza su poder para controlarlo todo. La Biblia indica, por ejemplo, que Dios se estuvo reteniendo de actuar contra los babilonios de la antigüedad, enemigos de su pueblo (Isaías 42:14). De igual modo, ha decidido tolerar a quienes usan su libre albedrío para hacer daño. Pero nos alegra saber que no los tolerará por siempre (Salmo 37:10, 11).