¿TÚ QUÉ HARÍAS?
Imagina esta situación: Karen lleva unos diez minutos en una fiesta y, de repente, oye una voz conocida detrás de ella:
“¿Qué haces ahí sola?”.
Cuando mira hacia atrás, ve a su amiga Jessica, que viene con dos cervezas. Le ofrece una y le dice: “Ya no eres una niña. Puedesdivertirte un poco, ¿no?”.
Karen no quiere tomar alcohol porque es menor de edad, pero tampoco quiere que su amiga piense que es una aburrida. Además, Jessica es una buena chica. Si ella bebe, no será tan malo. “Solamente es una cerveza —piensa—. No es como tomar drogas”.
Si fueras Karen, ¿qué harías?
PÁRATE A PENSAR
Para tomar buenas decisiones en situaciones como esta, necesitas tener una identidad. La identidad es un sentimiento que te dice quién eres y cuáles son tus valores. Tener esto claro te protege y te da fuerzas para controlar tu vida en vez de dejar que otros lo hagan por ti (1 Corintios 9:26, 27).
¿Cómo puedes conseguir esa fortaleza? Para empezar, analizando las siguientes preguntas.
1. ¿CUÁLES SON MIS PUNTOS FUERTES?
Si sabes cuáles son tus puntos fuertes, es decir, tus talentos y cualidades, tendrás más confianza en ti mismo.
EJEMPLO BÍBLICO. El apóstol Pablo escribió: “Aunque yo sea inexperto en el habla, ciertamente no lo soy en conocimiento” (2 Corintios 11:6). Como conocía muy bien las Escrituras, se mantuvo firme cuando lo criticaron. No permitió que los comentarios negativos le hicieran perder la confianza en sí mismo (2 Corintios 10:10; 11:5).
ANALÍZATE. Escribe un talento o habilidad que tengas.
Ahora anota una de tus mejores cualidades (por ejemplo, si eres bondadoso, generoso, confiable o puntual).
2. ¿CUÁLES SON MIS PUNTOS DÉBILES?
Tal como una cadena se rompe por su eslabón más débil, tú podrías perder en un instante tu identidad, es decir, olvidarte de quién eres, si te dejas dominar por tus puntos débiles.
EJEMPLO BÍBLICO. Pablo conocía sus debilidades. Por eso escribió: “Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Romanos 7:22, 23).
ANALÍZATE. ¿Qué punto débil necesitas aprender a controlar?
3. ¿QUÉ OBJETIVOS TENGO?
¿Subirías a un taxi y le pedirías al conductor que diera vueltas a la manzana hasta que se quedara sin gasolina? Eso sería absurdo, ¿verdad? Y además te saldría muy caro.
¿Cuál es la lección? Si te pones objetivos en la vida, no estarás dando vueltas sin sentido. Sabrás hacia dónde vas y cómo llegar.
EJEMPLO BÍBLICO. Pablo escribió: “Yo no corro sin una meta” (1 Corintios 9:26, La Palabra de Dios para Todos). En vez de ir sin rumbo por la vida, dejando que las cosas siguieran su curso, Pablo se puso objetivos y dedicó su vida a alcanzarlos (Filipenses 3:12-14).
ANALÍZATE. Escribe tres objetivos que te gustaría alcanzar en este año.
4. ¿EN QUÉ CREO?
Si no estás convencido de lo que crees, serás una persona indecisa. Cambiarás constantemente para parecerte a tus amigos, tal como el camaleón cambia de color para adaptarse a su entorno. Quien actúa así no tiene una identidad propia.
Por el contrario, si eres fiel a tus ideas —sin importar lo que hagan los demás—, no perderás tu identidad.
EJEMPLO BÍBLICO. Probablemente, Daniel solo era un adolescente cuando lo separaron de su familia. A pesar de ello, “se resolvió en su corazón” a obedecer las leyes de Dios (Daniel 1:8). Se negó a perder su identidad y vivió fiel a sus convicciones.
ANALÍZATE. ¿En qué crees? Por ejemplo: ¿Crees en Dios? ¿Por qué? ¿Qué te ha convencido de que existe?
¿Piensas que las normas morales de Dios te benefician? ¿Por qué?
A fin de cuentas, ¿qué prefieres ser: una hoja que se lleva el viento, o un árbol que resiste hasta las tormentas más fuertes? Si quieres ser como el árbol, esfuérzate por reafirmar tu identidad. Esto te ayudará a responder a la pregunta: ¿Quién soy en realidad?
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