lunes, 31 de octubre de 2016

¿Qué hago si me acosan en la escuela? / Respuestas a 10 preguntas de los jóvenes PARTE V

POR QUÉ ES IMPORTANTE
Lo que hagas puede mejorar o empeorar las cosas.

¿TÚ QUÉ HARÍAS?

Imagina esta situación: Thomas no quiere ir hoy a la escuela. Ni mañana. Ni nunca más. Todo empezó hace tres meses, cuando sus compañeros le contaron a todo el mundo mentiras sobre él. Luego le empezaron a poner apodos. En ocasiones, alguno se chocaba a propósito con Thomas y le tiraba los libros al suelo como si hubiera sido sin querer. Otras veces, alguien de un grupo lo empujaba por detrás y, cuando él se daba la vuelta, todos disimulaban. Ayer la situación se puso mucho peor: Thomas recibió una amenaza por Internet...
Si fueras Thomas, ¿cómo reaccionarías?

PÁRATE A PENSAR

No está todo perdido. Puedes defenderte sin dar un solo golpe. ¿Cómo?
  •  NO LES HAGAS CASO. La Biblia dice: “Todo su espíritu es lo que el estúpido deja salir, pero el que es sabio lo mantiene calmado hasta lo último” (Proverbios 29:11). Si consigues estar lo más tranquilo posible, al menos por fuera, puede que los que te acosan se aburran y te dejen en paz.
  • NO TE VENGUES. La Biblia dice: “No devuelvan mal por mal a nadie” (Romanos 12:17). Vengarte solo empeorará las cosas.
  • EVITA EL PROBLEMA. La Biblia dice: “El prudente ve el peligro y lo evita” (Proverbios 22:3Nueva Versión Internacional). Siempre que sea posible, huye de los que te puedan causar problemas y de las situaciones peligrosas.
  • SORPRÉNDELOS CON TU RESPUESTA. La Biblia dice: “La respuesta, cuando es apacible, aparta la furia” (Proverbios 15:1). Incluso puedes usar tu sentido del humor. Por ejemplo, si alguien te dice que estás gordo, podrías encogerte de hombros y contestar: “Pues sí, me vendría bien perder unos kilitos”.
  • MÁRCHATE. Nora, de 19 años, dice: “Irte sin responderles refleja madurez, fortaleza y autocontrol, algo que los que abusan de los demás no tienen” (2 Timoteo 2:24).
  • AUMENTA LA CONFIANZA EN TI MISMO. Los abusones se suelen dar cuenta de quién tiene poca confianza en sí mismo y probablemente no se defienda. Sin embargo, muchos se echarán atrás si ven que no dejas que te dominen.
  • CUÉNTASELO A ALGUIEN. Una ex profesora aconseja: “Mi recomendación es que la víctima delate a estas personas. Eso es lo que hay que hacer, y es una forma de impedir que alguien más sufra”.
Un joven con confianza en sí mismo hace frente a un abusón
La confianza en ti mismo te dará una fuerza que el abusón no tiene.

jueves, 27 de octubre de 2016

¿Cómo puedo corregir mis errores? / Respuestas a 10 preguntas de los jóvenes PARTE IV

POR QUÉ ES IMPORTANTE
Si reconoces tus errores, te convertirás en una persona más responsable y confiable.

¿TÚ QUÉ HARÍAS?

Imagina esta situación: Tim está jugando con sus amigos y, sin querer, rompe de un pelotazo el parabrisas del automóvil de su vecino.
Si fueras Tim, ¿qué harías?

PÁRATE A PENSAR

TIENES TRES OPCIONES:
  1. Salir corriendo.
  2. Echarle la culpa a otro.
  3. Contarle al vecino lo que pasó y ofrecerte a pagar los daños.
Quizás te veas tentado a elegir la opción A. Pero lo mejor siempre es admitir tus errores, sin importar lo que hiciste.

 TRES RAZONES PARA ADMITIR TUS ERRORES

  1. Es lo correcto.
    La Biblia dice: “Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas” (Hebreos 13:18).
  2. Si reconoces tus errores, es más probable que los demás te perdonen.
    La Biblia dice: “No le irá bien al que oculta sus pecados, pero el que los confiesa y se aparta será perdonado” (Proverbios 28:13La Palabra de Dios para Todos).
  3. Y la más importante: alegrarás a Jehová.
    La Biblia dice: “Dios no soporta a los malvados, pero es amigo de la gente honrada” (Proverbios 3:32Traducción en lenguaje actual).
Karina, de 20 años, quiso ocultarle a su padre que le habían puesto una multa por conducir demasiado rápido, pero no pudo mantener el secreto. “Más o menos un año después —comenta ella—, mi papá vio una multa por exceso de velocidad a mi nombre. ¡Me metí en un buen lío!”.
¿Cuál es la lección? Karina explica: “Tratar de ocultar los errores solo empeora las cosas. Tarde o temprano tienes que pagar las consecuencias”.

APRENDE DE TUS ERRORES

La Biblia dice: “Todos tropezamos muchas veces” (Santiago 3:2). Y, como hemos visto, admitir los errores enseguida es una señal de humildad y madurez.
El siguiente paso es aprender de tus errores. Una joven llamada Vera dice: “Trato de ver mis errores como una oportunidad de aprender. De cada uno de ellos puedo sacar una lección que me ayude a ser mejor persona. Así, la próxima vez que me encuentre en la misma situación, haré las cosas de otra manera”. ¿Qué harías tú en los siguientes casos?
Tu padre te deja su bicicleta y se la rompes. ¿Qué harías?
  • No le diría nada; tal vez no se dé cuenta.
  • Le contaría exactamente lo que pasó.
  • Le diría lo que pasó, pero le echaría la culpa a otro.
Haces un examen y no lo pasas porque no estudiaste. ¿Qué harías?
  • Diría que el examen era demasiado difícil.
  • Reconocería que fue culpa mía por no haber estudiado.
  • Diría que el profe tiene algo contra mí.
Una joven mira por el espejo retrovisor de su automóvil mientras va conduciendo
Darle vueltas y vueltas a los errores del pasado es como conducir sin quitar la vista del espejo retrovisor.
 Repasa estas dos situaciones e imagínate que eres 1) tu padre y 2) tu profesor. ¿Qué pensarían ellos si reconocieras tus fallos a la primera? ¿Qué pensarían de ti si los ocultaras?
Ahora piensa en algo que hayas hecho mal en el último año y responde las siguientes preguntas:
¿Cuál fue el error? ¿Cómo reaccionaste?
  • Intenté ocultarlo.
  • Le eché la culpa a otro.
  • Lo conté enseguida.
Si no reconociste tu error, ¿cómo te sentiste después?
  • ¡Muy bien! Me salí con la mía.
  • Mal. Tendría que haber dicho la verdad.
¿Cuál hubiera sido la mejor manera de actuar?
¿Qué has aprendido de ese error?

¿QUÉ OPINAS?

¿Por qué a veces cuesta admitir los errores?
¿Qué pensará la gente de ti si siempre intentas ocultar tus errores? Pero ¿qué pensarán si reconoces tus errores? (Lucas 16:10).

miércoles, 26 de octubre de 2016

¿Cómo puedo comunicarme con mis padres? / Respuestas a 10 preguntas de los jóvenes PARTE III

POR QUÉ ES IMPORTANTE
Si te llevas bien con tus padres, disfrutarás más de la vida.

¿TÚ QUÉ HARÍAS?

Imagina esta situación: es miércoles por la tarde. Geoff, de 17 años, ya ha terminado sus tareas y por fin es el momento de relajarse. ¡Se lo merece! Enciende la tele y se tira en su sillón favorito.
Entonces, su padre aparece por la puerta con cara de pocos amigos.
“¡Geoffrey! ¿Qué haces perdiendo el tiempo viendo la tele? ¿No deberías estar ayudando a tu hermano pequeño a hacer las tareas? ¡Nunca haces lo que se te manda!”.
“Ya empezamos”, dice Geoff entre dientes.
Su padre se acerca y le pregunta: “¿Qué dijiste?”.
“Nada, papá”, suspira Geoff poniendo mala cara.
Su padre está muy molesto. “¡A mí no me hables en ese tono!”, le dice.
Si fueras Geoff, ¿qué habrías hecho para evitar esta situación?

PÁRATE A PENSAR

Si vas conduciendo un vehículo y te encuentras la carretera cortada, buscas una ruta alternativa. De la misma manera, puedes buscar otras formas de comunicarte con tus padres.
 POR EJEMPLO:
“Me cuesta comunicarme con mi padre —cuenta Leah—. A veces, después de un rato hablándole, me pregunta: ‘Perdona, ¿me decías algo?’”.
LEAH TIENE AL MENOS TRES OPCIONES
  1. Gritarle a su padre.
    Leah le dice gritando: “¡Escúchame! ¡Es importante!”.
  2. No hablar más del tema.
    Leah simplemente decide dejar de hablar con su padre del problema.
  3. Buscar otro momento para hablar.
    Leah habla con su padre más tarde o le escribe una carta explicándole el problema.
¿Qué opción le recomendarías a Leah?
PIENSA EN ESTO: El padre de Leah está pensando en otras cosas y no se ha dado cuenta de nada. Si Leah eligiera la opción A y le gritara, probablemente su padre no entendería por qué se pone así. Seguramente, Leah no conseguiría que la escuchara. Además, sería una falta de respeto a su padre (Efesios 6:2). Esta opción no es buena para ninguno de los dos.

Un automóvil se encuentra una carretera cortada

Aunque haya obstáculos en el camino, puedes encontrar alternativas para hablar y entenderte con tus padres.
Aunque la opción B es la más fácil, no es la más inteligente. ¿Por qué? Porque si quiere solucionar sus problemas, Leah tiene que hablar con su padre. Y él necesita saber qué le pasa para ayudarla. El silencio no consigue nada.
En cambio, con la opción C, Leah no permite que un obstáculo ponga fin a la conversación. Más bien, trata de hablar sobre el tema en otro momento. Y si decide escribir una carta a su padre, probablemente se sentirá mejor.
Escribir una carta puede ayudarle a Leah a explicarle bien a su padre lo que quiere decir. Cuando su padre lea la carta, entenderá mejor lo que le pasa. La opción C es buena para Leah y para su padre. Ya sea que hablen cara a cara o le escriba una carta, esta opción está de acuerdo con el consejo bíblico de seguir “tras las cosas que contribuyen a la paz” (Romanos 14:19).
¿Qué otras opciones tiene Leah?
Piensa en alguna otra opción y en cuál podría ser el resultado.

 EXPRÉSATE CON CLARIDAD

Recuerda: lo que tú dices no siempre es lo que tus padres creen que has dicho.
POR EJEMPLO:
Tus padres te preguntan por qué estás de mal humor. Tú les respondes: “No quiero hablar de eso”.
Pero ellos puede que entiendan: “Ya no confío tanto en mis padres. Solo hablaré de mis problemas con mis amigos”.
Imagina que te enfrentas a un problema complicado y uno de tus padres quiere ayudarte, pero tú dices: “No te preocupes, puedo arreglármelas yo solo”.
  • ¿Qué podrían entender tus padres?
  • ¿Qué sería mejor que dijeras?

martes, 25 de octubre de 2016

¿Por qué me preocupa tanto mi físico? / Respuestas a 10 preguntas de los jóvenes PARTE II

POR QUÉ ES IMPORTANTE
Hay cosas mucho más importantes que las que ves en el espejo.

¿TÚ QUÉ HARÍAS?

Imagina esta situación: cuando Julia se mira en el espejo, se ve supergorda. “Tengo que adelgazar”, piensa. Y eso que sus padres y sus amigos le dicen que está tan flaca como un fideo.
Julia lleva un tiempo pensando en tomar medidas drásticas para perder “solo” un par de kilos (unas cinco libras). Lo único que tiene que hacer es pasar hambre unos días...
Si te sintieras como Julia, ¿qué harías?

PÁRATE A PENSAR

Una adolescente se mira en el espejo y ve una imagen de sí misma distorsionada y con sobrepeso
Es posible que la visión que tengas de tu físico esté distorsionada.
No está mal que te preocupes por tu físico. De hecho, la Biblia destaca la belleza de varios hombres y mujeres, como Sara, Raquel, José, David y Abigail. Por ejemplo, de una mujer llamada Abisag se dice que era “hermosa en extremo” (1 Reyes 1:4).
Sin embargo, muchos jóvenes están obsesionados con su apariencia. Y esto les puede causar graves problemas. Piensa en lo siguiente:
  • En un estudio, el 58% de las chicas afirmaban tener sobrepeso, cuando en realidad solo el 17% de ellas lo tenían.
  • Otro estudio realizado entre mujeres que estaban por debajo de su peso ideal reveló que el 45% de ellas creían estar gordas.
  • Algunos jóvenes, obsesionados por adelgazar, han llegado a sufrir anorexia. Este es un trastorno alimentario que pone la vida en peligro y que consiste en dejar de comer.
 Si tienes síntomas de anorexia o de otro trastorno alimentario, pide ayuda. Cuéntaselo a tus padres o a otro adulto de confianza. La Biblia dice: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia” (Proverbios 17:17).

LO MEJOR QUE PUEDES HACER

En realidad, la belleza interior es la que nos hace verdaderamente atractivos. Fíjate en lo que dice la Biblia sobre Absalón, el hijo del rey David:
“No se hallaba ningún hombre tan hermoso en todo Israel como para ser alabado tanto. Desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza no se hallaba en él defecto alguno” (2 Samuel 14:25).
Pero era un joven muy orgulloso, ambicioso y traidor. Por eso, la Biblia no habla muy bien de él; más bien, lo presenta como un hombre desleal y un asesino lleno de odio.
Con razón, la Biblia nos aconseja:
“Vístanse de la nueva personalidad” (Colosenses 3:10).
“Que su adorno no sea el de trenzados externos del cabello [...], sino que sea la persona secreta del corazón” (1 Pedro 3:3, 4).
No hay nada de malo en que quieras tener un buen aspecto, pero tu personalidad es muchísimo más importante que tu apariencia. A la larga, la gente se fijará más en tus cualidades que en tu físico. “Si eres bella por fuera, captarás de inmediato la atención —dice una muchacha llamada Phylicia—, pero lo que hará que la gente te recuerde con cariño es lo que eres por dentro, tus buenas cualidades”.

ECHA UN VISTAZO A TU IMAGEN

¿Te disgusta tu físico?
¿Has pensado alguna vez en hacerte una operación de cirugía estética o seguir una dieta extrema para corregir algún defecto físico?
¿Qué cosas cambiarías de tu físico?
  • ESTATURA
  • PESO
  • PELO
  • FORMA DEL CUERPO
  • CARA
  • CUTIS
Si has contestado “sí” a las dos primeras preguntas y has elegido tres o más opciones en la tercera, piensa en esto: es muy probable que los demás no te vean tan mal como te ves tú. Ten en cuenta que es fácil irse a los extremos y preocuparse demasiado por el aspecto (1 Samuel 16:7).